Microrrelato 2 pag 30
El MUNDO MAGICO de DANIELA
«Encontrar El Peluche Achuchón de Gargamel en el Cumple Daniela, Neva y Alex «
En un bosque encantado, bajo el sol resplandeciente,
los pitufos se alistaban, contentos y sonrientes.
Daniela, Neva y Alex cumplían sus cuatro años,
y la fiesta prometía, con risas y muchos juegos extraños.
Dormilón, como siempre, en busca de su siesta,
se acurrucó temprano, su almohada era su fiesta.
Suave y esponjosa, con aroma a zarza parrilla,
era su tesoro, más preciada que una maravilla.
Pero algo terrible ocurrió en ese lugar:
su almohada desapareció justo antes de descansar.
«¡Oh no, mi almohada!» gritó con gran temor,
despertando al pueblo entero con su gran clamor.
Papá Pitufo, siempre sabio y tan atento,
llegó rápidamente, con calma y buen aliento.
“Tranquilo, Dormilón, te ayudaremos a encontrar,
pero antes, el cumpleaños no podemos olvidar”.
«¡Sin mi almohada, no podré la fiesta disfrutar!»,
protestaba Dormilón, con ganas de llorar.
«Combinemos las dos cosas», sugirió Papá Pitufo,
«Buscaremos el peluche y tu almohada en un flujo».
Pitufina y Filósofo se encargaron del peluche,
mientras Fortachón y Gruñón buscarían, con empuje,
la almohada tan querida de Dormilón, su paz,
y por todo el bosque resonaba su gran compás.
Mientras la música sonaba y la fiesta avanzaba,
Dormilón seguía triste, su ánimo no levantaba.
«Vamos, Dormilón», Pitufina le habló,
“Si te cansas, el sueño te encontrará, lo sé yo”.
“Sin mi almohada no puedo descansar,
es lo único que me hace profundamente soñar”,
respondía Dormilón, con voz muy apagada,
mientras los niños corrían en busca de la almohada.
Alex, Neva y Daniela jugaban con emoción,
pero en el fondo querían hallar su peluche con pasión.
Era mágico, suave, con aroma de zarza parrilla,
igual que la almohada de Dormilón, su maravilla.
Llegaron a la cabaña de Gargamel, tan temido,
y vieron a Azrael, jugueteando entretenido.
¡Ahí estaban los dos, el peluche y la almohada!
En las garras del gato, bajo la luna plateada.
“¡Los encontramos!”, gritó Daniela sin tardanza,
y Papá Pitufo, con rápida confianza,
organizó a los pitufos para distraer a Gargamel,
y recuperar los objetos de forma fiel.
Con el peluche en manos de los niños y la almohada en su lugar,
Dormilón finalmente pudo su siesta comenzar.
Con una sonrisa en su rostro, se quedó dormido,
mientras el cumpleaños seguía, con alegría sin ruido.
“¡Feliz cumpleaños, Daniela, Neva y Alex!”, todos gritaron,
y alrededor del pastel felices se juntaron.
El día fue perfecto, con risas y emoción,
y los pitufos y niños celebraron con gran devoción
.
Así terminó la fiesta, con un éxito total,
el peluche y la almohada, ambos mágicos al final.
Dormilón descansó, los niños rieron sin cesar,
y el Bosque Encantado volvió a su mágico despertar.
(Final)
¡Feliz, feliz cumpleaños,
Alex, Neva y Daniela! 🎉🎶
Lisard D´Lacosta