Microrrelato 2 pag 30
El MUNDO MAGICO de DANIELA
«La Mejor Navidad de Daniela, Mama y Papa»
La Navidad de Daniela, Bego y Liss
En diciembre frío, bajo el cielo estrellado,
Daniela soñaba con un día encantado.
Con tan solo cuatro, su risa encendía,
la casa entera con magia y alegría.
Bego y Liss, con amor y cuidado,
prepararon cajas de un tesoro guardado.
«¡Es hora de empezar, pequeña ayudante!»,
dijo Liss con ternura, su voz radiante.
La entrada mágica
Primero la puerta quisieron adornar,
con una corona que parecía brillar.
«¡Mamá, es la puerta de Santa Claus!»,
exclamó Daniela con su dulce voz.
Bego tomó luces de un dorado sin par,
y las colocó para el marco iluminar.
«¡Es mágica!», dijo la niña en un grito,
mientras Lana saltaba con ladridos finitos.
La decoración del árbol
«Es turno del árbol», anunció con premura,
Bego llevando aquel pino de altura.
Daniela, con manos pequeñas y tiernas,
abría las ramas, entre risas eternas.
Bolas rojas y doradas colgaron contentos,
junto a renos y estrellas de bellos ornamentos.
«¡Mira cómo brilla!», dijo con emoción,
y el árbol encendió la sala en un millón.
Lana corría en círculos de alegría,
y Daniela decía: «¡Es mágico, lo sabía!»
La casa llena de Navidad
Estrellas en ventanas, copos en el cristal,
campanas que sonaban con un eco celestial.
Liss puso velas en estantes del salón,
y Daniela ayudó con gran devoción.
«Un rincón especial para los regalos aquí»,
dijo Bego señalando con ojos de zafí.
Con cojines y trenes hicieron el lugar,
donde Santa dejaría su mágico estar.
El toque final
«Falta una estrella», dijo Liss con amor,
entregándosela a Daniela como un gran honor.
Bego la alzó, y con manos cuidadosas,
la niña la puso con luces hermosas.
Apagaron las luces, encendieron el pino,
y la sala brilló con un calor divino.
«Es la Navidad más bella que he visto»,
dijo Daniela, abrazando a los dos con un grito.
La reflexión navideña
«Papá, mamá, esta Navidad es mi favorita,
porque la hicimos juntos, con magia infinita».
«Es el amor lo que da la verdadera luz»,
le dijo Liss, mientras la abrazaba Jesús.
Lana se acurrucó en su rincón especial,
y Daniela soñó con una noche sin igual.
Su casa, su risa, la alegría tan viva,
¡listos estaban para la Navidad más divina!
FIN
Lisard D´Lacosta